No lo voy a negar: los relojes de diseño me pueden.
La primera vez que vi un Binlun me encantó. Y también me di cuenta, en ese mismo momento, que no gastaría un solo centavo en él. Pero... llegó en forma de regalo y acá está este señor amarronado. Todavía estoy tratando de ver cómo se mira la hora.Si por un lado dije que me pueden los diseños... también me pueden los corazones relojeros: late en este Binlun un potente Miyota automático 8215, cristal de zafiro doble, display en dígitos para horas y minutos y en aguja para los segundos.
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