Hiroshima y los horrores con cara de reloj

 Entre lo mucho que tengo planeado hacer algún día en un posible aunque poco probable viaje a Japón, es, además de visitar el Seiko Museum, visitar el Peace Memorial Museum de Hiroshima.

En el acervo de este increíble museo ( demás está decir que la temática es obvia: la bomba, la guerra y las catástrofes humanas, naturales, sociales y materiales y sus consecuencias en el pasado, presente y el futuro ) se encuentran algunos relojes.
Me enteré hace relativamente poco sobre estos relojes, leyendo el libro Cartographies of Time. La mayoría de ellos está en un estado calamitoso y que además no forman ya parte de lo exhibido al público. La decisión de no exhibirlos creo es acertada: la hora trágica, que quedó clavada a las 8.15 am, mas el grado de exposición de las piezas a la radiación hacen que su deterioro forzado sea mucho mas evidente que en otro tipo de materiales.

Dos curiosidades: la primera, que la mayoría de los relojes que posee este museo no están en exhibición directa y solo se muestran sus réplicas; la segunda, que algunos de los relojes del museo, dando vueltas por otras muestras y exhibiciones de museos ‘amigos’ , desaparecieron. Posiblemente por los robos por encargo de coleccionistas sin escrúpulos. Desde hace unos años a esta parte los objetos rescatados en Hiroshima y Nagasaki - sean éstos relojes o no - son altamente valorados y muchos coleccionistas los tienen en cuenta.

Por supuesto, todas las fotos son de la red.

Empezaré con uno de los relojes que ‘desapareció’. El reloj, perteneciente al PMMH, se esfumó en 1989 en New York mientras el reloj formaba parte de una exhibición en el edificio de las Naciones Unidas. El reloj perteneció a un caballero de apellido Mikamo, que había sido fotógrafo imperial en el siglo XIX. La donación de la pieza corrió por cuenta del nieto del fotógrafo.



El siguiente reloj de pulsera perteneció a un caballero de apellido Kawagoe. La marca del reloj es IRAS. 


El próximo reloj es lo que queda del reloj pulsera que perteneció a Ozue Okamoto, que era una chica de 20 y que falleció al día siguiente de la bomba, el 7 de agosto. El reloj fue donado al museo por un familiar.


El siguiente reloj de colgante-bolsillo de marca Bufalo, perteneció a Watanabe Kojito, que no estuvo presente en la explosión de la bomba pero sí trabajó en la demolición de edificios luego de la explosión. La exposición a la radiación mató a Kojito en pocos días. El reloj, como ven, al no haber estado expuesto directamente a la explosión se conserva bastante bien.

El próximo reloj es uno de bolsillo Moeris. Perteneció a Kengo Nikawa. Este hombre sí estuvo directamente expuesto a la bomba, aunque a 1600 metros de distancia. También era trabajador de demoliciones.


Y por último, fotos de otros relojes de la colección. También dejo enlace si desean más información:










Esta nota la publiqué en enero de 2021 aquí:



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